Canarias IUSPORT

21 julio 2012

LA NBA AMPLÍA EL USO DEL "REPLAY"

La NBA ha ampliado el uso del sistema de repetición instantánea en vídeo –replay- para esclarecer las jugadas dudosas que se produzcan durante el partido. Se utilizará en tres nuevos casos, por lo que el total de acciones que podrán ser revisadas asciende a 14, entre ellas los tiros sobre la bocina, para demostrar si están o no fuera de tiempo.

Con el cambio normativo se podrán revisar las faltas que los árbitros hayan señalado como antideportivas. Una vez vista la repetición se decidirá si son de tipo 1 –es decir, que no conlleva expulsión- , tipo 2 –lo que implica la expulsión de jugador- o si eran comunes, en cuyo caso los árbitros rectificarán.

Además, se podrá usar la repetición para determinar si un choque entre jugadores se ha producido o no dentro del semicírculo de la zona pintado bajo la canasta. Si el defensor pisa este espacio no se pitará en ningún caso falta en ataque del oponente. No obstante, este replay solo será válido en los dos últimos minutos de partido o en la prórroga.

La NBA también aprobó el “goaltending”, última jugada revisable. Se trata de aclarar la jugada en la que se despeja un tiro cuando el balón ya está bajando o ha golpeado el tablero, lo que implica que vale la canasta aunque no entre. Esta revisión solo será válida en los dos últimos minutos de partido o en la prórroga.

Si esta norma hubiese estado vigente en el año 1995, por citar un caso llamativo, otro gallo le habría cantado al F.C.Barcelona de baloncesto. Escandalosa fue la canasta no reconocida al club catalán en la final europea de básquet de 1995, cuando, a escasos segundos de expirar el partido, que perdía por un punto, un jugador del Panathinaikos interceptó el balón cuando descendía hacia la canasta. Nada más y nada menos que la Copa de Europa le fue arrebatada al Barça por no admitirse en el acto el uso del vídeo.

La NBA implantó el replay por primera vez antes de la temporada 2002-2003, para comprobar los tiros en los últimos segundos y las faltas al final de cada periodo.

Se repite la historia en la que otra modalidad adelanta al fútbol sin despeinarse. Cuando la NBA aprueba el número de repeticiones en vídeo, la FIFA y la International Board se limitan a autorizar la tecnología en la línea de gol, cambio producido recientemente.
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VER ENTREVISTA REALIZADA EN 2005
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06 julio 2012

YO DISIENTO

A PROPÓSITO DEL COMENTARIO DE ALFREDO RELAÑO SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Al hilo del acuerdo de ayer de la International Board, que dá luz verde a dos sistemas electrónicos para la línea de gol, Alfredo Relaño ha publicado en el diario AS un comentario en el que, en definitiva, prefiere que nada cambie antes de que avancemos sólo un poco. Relaño cita palabras del propio Platini, que como sabemos está en contra de las tecnologías aplicadas al fútbol: "¿Qué hacemos con el fuera de juego previo?" Y continua el director de AS: "si hubiéramos dado por bueno el gol, con el 'ojo de halcón' en la raya de gol, ¿qué hubiéramos hecho con el fuera de juego anterior? Y, más aún, ¿qué haremos con todas las decisiones arbitrales previas, quizá no tan dramáticas, pero sí influyentes, durante el partido? ¿Arbitra un señor o un jurado con una grabación? ¿Cuándo, cuánto y por qué? Creo en el arbitraje humano, con sus imperfecciones".

Discrepo absolutamente. Lo procedente no es postular un retroceso a las cavernas, sino lo contrario, mantener viva la presión sobre la FIFA para que un día (espero que no muy lejano) las nuevas tecnologías vayan más allá de la línea de meta, que no se apliquen en exclusiva a los goles fantasma. Hace tiempo, desde 1997 para ser más exactos, que defendemos el uso de un monitor de tv, que se ubicaría donde el cuarto árbitro, para que éste avise en tiempo real al colegiado principal de las infracciones o jugadas claves que tengan lugar durante el encuentro, sin perjuicio del superior criterio del árbitro principal. Lo hemos reiterado durante todos estos años sin éxito, pero no nos rendiremos. Estamos convencidos de que se trata de un sistema que no entorpece el normal desenvolvimiento del juego y sólo ofrece ventajas.

Relaño se equivoca al rescatar -sin querer- aquella frase desafortunada pronunciada en 1997 por el propio Blatter, hoy abanderado de las nuevas tecnologías: "la falibilidad humana es inherente al arbitraje"

Y nosotros le replicamos entonces, y lo reiteramos ahora: ¿inherente al arbitraje? Claro, y a la medicina, y a la ingeniería, y a la abogacía. La falibilidad, obviamente, es inherente a cualquier actividad humana.

01 julio 2012

LA GRAN FINAL

Nuestro querido amigo Diego Talavera, ex bloguero de la UD, publicó en el diario La Provincia antes de la final de la Eurocopa un brillante artículo que reproducimos a continuación:

El continente lleva semanas sumergido en un peculiar maremoto, el del fútbol, con la celebración de la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania. Millones de personas en España e Italia y centenares de millones en todo el mundo estarán hoy ante el televisor para ser testigos de la gran final. El fútbol es el deporte internacional por excelencia; ocupa el primer puesto en su práctica, en seguidores y es el que mueve más dinero. Pero es, indiscutiblemente, algo más que un deporte.

El escritor y premio Nobel Albert Camus, que llegó a jugar de portero en un equipo profesional, contó en una ocasión que lo mejor que sabía sobre la moral y las obligaciones de los hombres se lo debía al fútbol. Los españoles debemos sentirnos felices porque hace seis años que la selección que nos representa practica un juego espectacular y es admirada en todo el mundo (como lo fue la Brasil de Pelé, la Holanda de Cruyff, la Argentina de Maradona o la Francia de Zidane), gracias al talento de una generación de jugadores y al trabajo de un sabio llamado Luis Aragonés y de un hombre tranquilo que responde por Vicente del Bosque.

Pero lo significativo de este mundo del fútbol no es la conducta de los jugadores sino la de los espectadores, la de las aficiones que sienten furia ante un partido trascendental, como el de hoy, y creen seriamente que correr, saltar y patear un balón son pruebas de la virtud de un pueblo o de una raza.

Por eso me da grima cada vez que oigo a los aficionados cantar eso de "yo soy español, español, español" o veo banderas en ventanas de edificios o te gritan desde los coches: "¡Arriba España!" Estas expresiones me parecen un ejercicio de patrioterismo barato que nada tienen que ver con el fútbol, que para mí constituye una metáfora de la condición humana porque permite vislumbrar la incertidumbre de los estatus individuales y colectivos, como asimismo los azares de la fortuna y el destino. Mezclar fútbol con ideología, nacionalismo o patria es un gran desatino que solo conduce a dar una imagen rancia, vulgar y cuartelera del país que representa.

Ahora, a esperar el España-Italia de hoy y que ganen los nuestros, pero sin olvidar la sentencia de Rudyard Kipling: "La victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad".

HOMBRES QUE SE VISTEN POR LOS PIES

Hoy traigo a esta columna un artículo publicado por Lucía Mendez ayer en El Mundo, bajo el título "Hombres que se visten por los pies", muy oportuno y que suscribo íntegramente. Dice la autora: Entre los más de 19 millones de españoles que sufrieron frente al televisor durante 120 minutos y estallaron de alegría cuando Cesc marcó el último penalti, habría no menos de 10 millones que han jugado a ser seleccionadores durante toda la Eurocopa. Vicente del Bosque ganó un Mundial y ha llegado a la final de la Eurocopa, pero no tiene ni idea, ellos sí que saben qué equipo hay que alinear, a quién hay que cambiar y por qué banda hay que atacar. El falso nueve y el doble pivote han sustituido a la prima de riesgo y a la corrupción nuestra de cada día en las conversaciones de los bares. Los pocos -poquísimos- españoles que no estamos tan puestos en la técnica del fútbol tenemos otras razones para caer fascinados ante los jugadores de la selección española. Educados, solidarios, buenos padres, buenos hijos, buenos novios, limpios en el terreno de juego, esforzados, unidos, sufridores, disciplinados, valientes, luchadores, respetuosos. Los jugadores españoles le hablan al balón y no se convierten en Chuck Norris cuando lanzan una falta.
En un país donde la ejemplaridad en los comportamientos es un agujero negro, la selección encarna los valores que desaparecieron en la España de los nuevos ricos. Hay mucho seleccionador frustrado que preferiría un entrenador más presumido y guerrillero. Un tío con dos cojones. Sin embargo, a muchos nos gusta Del Bosque porque es un hombre que se viste por los pies. Este era el mayor elogio que hacían nuestros mayores cuando éramos más pobres, pero mucho menos idiotas que ahora. De la misma forma que nos gustan la elegancia e inteligencia de Xavi, la humildad de un grande como Iniesta, la solvencia y solidez de Xabi Alonso, el entusiasmo de Sergio Ramos, la seriedad tímida de Cesc, la resistencia de Busquets, la frescura de Jordi Alba, el optimismo de Pepe Reina en el banquillo, la fortaleza de Piqué, la sensibilidad de Torres, la ingenuidad de Pedro, la confianza de Navas y, por supuesto, la perfección del capitán, Iker Casillas, el hombre 10.
Son un equipo y juegan en equipo. Circunstancias tan admirables como extraordinarias en este país. Ganen o pierdan mañana, son unos españoles ejemplares. Y eso es casi tan emocionante como una tanda de penaltis.